Estimados
amigos y sin embargo desconocidos, esto es algo extraño cuando menos y es por
ello que se lo cuento a ustedes y quiero hacerlo público pues ya no puedo
contener más esta incertidumbre que retenerlo por más tiempo en mi interior
Quedé
preñado, sí, eso… ciertamente uno toma medidas pero por alguna extraña razón,
me sentí acobardado, atemorizado y coaccionado a transigir con sus exigencias y
finalmente sucedió lo inevitable… fue por la tarde, sacando al perro de paseo
cuando me abordó, me sedujo y finalmente, aunque el perro miraba de reojo, tal
vez insinuandome aquello de “yo no quiero saber nada”, caí en sus garras. Fue
una experiencia gloriosa, lasciva casi pecaminosa, concupiscente, aquella idea
me entraba y Salía por todas las neuronas de mi cerebro como entra y sale el
aire por el follaje del bosque… Era una idea ambigua pero persistente, tal vez
un suspiro siquiera que me iba volviendo y envolviendo, acariciado con lujuria
y pulcritud inocente de una imagen tras otra, como el que encuentra la punta del
ovillo y tiras sacando todo el hilo flacido
pero contundente… y ahí fue surgiendo… la locura del placer
inconmensurable se enfrió un poco, lo justo para llegar a casa y escribir
aquello que se me susurraba al oído mientras andaba presuroso…
Cogi
mi pluma de escritura mágica y deslicé aquél plumín suavemente mientras se
deslizaba la tinta fluida y cálida por el terso papel, como cantándome todo
cuanto tenía que escribir. Mi mujer, como le sucedió al perro, me miraba
incrédula al tiempo que sorprendida. No era la primera vez pero tal vez aquella
fue demasiado apasionada y resultaba incluso excitante.
-
¿Estás bien? preguntó indagatoria y dubitativamente
-
Sí sí, es sólo que tengo unan idea y no quiero que se
me escape… creo que es interesante
La estilográfica corría sola a sí mismo incluso, era una masturbación de tinta y plumín en toda regla y la idea tornó en obra dramática que fue escrita en apenas un fin de semana, como escriben algunos de los más grandes literatos cuando tienen una inspiración divina o de cualquier otra índole… Cuando la terminé se lo dija de Fuen… mi mujer, de nombre Fuensanta pero que siempre creí era largo en exceso y por ello la llamaba cariñosamente fuen…
La estilográfica corría sola a sí mismo incluso, era una masturbación de tinta y plumín en toda regla y la idea tornó en obra dramática que fue escrita en apenas un fin de semana, como escriben algunos de los más grandes literatos cuando tienen una inspiración divina o de cualquier otra índole… Cuando la terminé se lo dija de Fuen… mi mujer, de nombre Fuensanta pero que siempre creí era largo en exceso y por ello la llamaba cariñosamente fuen…
-
ya la acabé, mira… es una obra de teatro en dos actos
-
Fuen, con esa sagacidad propia d emujer inteligente y
susceptible de curiosidad, después de leer somera y raudamente soltó la frase
que tal vez yo, personalmente, nunca hubiera supuesto que diría - ¿Tendrás que
representarla? Siendo teatro… es lo suyo
- “Tendrás que
estrenarla...", - ni lo pensé” pero de repente me imaginé yo solo conmigo mismo, pensé
que aquél preñado salió espontáneamente y sin embargo estaba ahí diciendo he
crecido sigo siendo yo… cual feto en el interior de su madre, aquella idea
caminaba líbremente por mi cabeza, imagen, escenario, decorados, indumentaria
atrezzo… la locura iba tomando forma, ya casi lo veía representado delante de mí y yo me veía como el director de aquello… así pues, actores, ensayo,
repasos, vestuario, maquillaje, decorados… todo iba saliendo y creciendo
mientras aquello fue tomando forma y cada vez forma más perfecta y esbelta…
empezaba a ser una obra de teatro, algo glorioso no carente eso sí de ardores,
nauseas y vómitos, noches de insomnio, de preocupaciones de cuestiones baladíes
que sin embargo proporcionaban dolores de todo tipo…
Finalmente, llegado el tiempo, germinada la
obra y habiendo siendo de tamaño y forma deseosa para una salida airosa al
mundo, mi bebé, aquél ser que quiso ser convertido en laminas de celulosa y
tinta decidió aparecer en sociedad en un escenario real con todos los elementos de una representación majestuosa de
Calderón, Lorca o el gran Félix, Lope de Vega se entiende. Era un momento de
confusión, de romper aguas, el telón se desliza, que no corre, suavemente y se
va abriendo el útero de mi vida mientras emerge suavemente el principio de mi
primer recién nacido… sale un actor, otro, comienza el diálogo, el movimiento
se atasca pero sigue, duele ver fallos o problemas pero sigo adelante, no puedo
detenerme, no ahora no, no es posible, la vida sigue y yo con ella, es el
momento de tirar adelante… sigue sigue sigue... el escenario se para, las
pulsaciones se elevan, el calor es insoportable… hay que seguir ahora a medias no hay tiempo de un forces… aprovecha
tus dotes de medicina literaria y sigue adelante… confío que los demás hagan
su parte correctamente y me van por donde voy me ayuden, necesito algo de apoyo
logístico y comprensión… un poco más, ya… vamos situando el final, todo el mundo
lo ve claro ya por donde y como de que forma sale…está está está fuera, ya… por
fin… salió….
La obra fue consumada ... pero, como todo
parto que se precie, el bebé no vino al mundo hasta que hay un estallido de
guerra y dicha y felicidad todo unido y todo a la vez… : “los aplausos” , sin
duda la dicha de un embarazo y un parto feliz sin complicaciones yo, lleno de
satisfacción como todo recién parido, me emocioné tanto que lloré, lloré
lágrimas de dicha y azúcar porque ahora solo queda que sea feliz, que sea
correspondida conmigo y yo con ella y que el día de mañana cuando esté sola en
el mundo, sea capaz de recordar a su padre con honradez y honor y yo a ella…
Rafael Castro Martín
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