Es curioso cuando ves talleres de creatividad literaria, aprende a escribir, creación literaria, pero, en todos ellos, te exigen que leas tus propios escritos cuando, en realidad lo que se supone que haces medianamente bien es justamente lo contrario, no leer sino escribir para que otros lo lean vaya.
Así hay personas que escriben realmente bien y que sin embargo, cuando ellos o ella su misma lo leen lo destrozan porque, tal vez en su interior suena muy bien pero la cuestión estética de quien lo lee es la mitad del texto y sin embargo en ese momento el texto si era bueno se cae por ser pésimamente leído o al revés, un escrito, un boceto literario puede ser pésimo y, sin embargo con un rapsoda adecuado puede acabar siendo una delicia.
Así pues señores esto es un canto a la esperanza de que los talleres de escritura sean de eso de escribir y tal vez se hagan combinados por otros de lectura para que unos aprendan a escribir y otros a leer pues ambas funciones son importantes y no siempre por la isma persona.
Rafael Castro
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