Ya no tengo miedo
pero lo tuve sí,
cuando la luna
cerraba su luz
y helaba mis retinas.
Cuando el agua
era un camino imparable,
y la tierra
se abría ante mis manos.
Cuando me caía
en cualquier adoquín roto,
y nada parecía parar
el desahucio de la memoria.
Cuando la palabra huía
y me asfixiaba a la vez,
cuando me acuchillaba
el grito ajeno y desesperado.
Ya no tengo miedo
la poesía me hizo libre.
Isabel Garrido


Porque la poesía no es solo de gente muerta ni de algunos "muertos" en vida que no saben lo que es poesía, hoy queremos presentaos a Isabel, una gran poeta y excepcional pesona.
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