lunes, 17 de enero de 2011

hay quien piensa...

Hay quien me vió triste, allí, sentado en una vieja silla de una antigua estancia en un lugar entrado en el tiempo ya de la nostalgia del pasado y los recuerdos. Algunos pensaron incluso que desaparecí de aquél entornos hostil en principio, vacío en realidad, aun cuando no en vano, se ve repleto de literatura legislativa, de adornos y ostentosa ornamentación que, al final, queda ahí como quedaron relicarios tales como, por citar ejemplos, la esfinge de Egipto o lo que queda de la ciudad sagrada, para los “no amantes” de lenguas clásicas, la “ACRO POLIS” en Atenas.

Se piensa y se buscan razones aun cuando no las ahí pero ahí estuve, estoy y quien sabe lo que estaré, pues, el futuro, es aquello que nos deviene hasta convertirse en fugaz presente que ya, se tornó pasado. Sí el futuro es siempre un saco donde metemos todo lo que quisimos ver en el pasado y que en el presente seguimos pensado que fue mañana cuando quisimos hacer lo de ayer… y así un día tras otro como las olas en la playa van y vienen ideas, pensamientos, etiquetas, ¿Dónde está este? ¿Sabes algo de aquél chico…? ¿Te acuerdas…? Siempre esperando las respuestas que decía Dylan que están en el viento… ahí, donde nadie las ve, donde todos las sienten.

Y así, día tras día, hora tras hora, despacito, sin prisa, sin nada que hacer de nada, para nada, pura vacuidad de un ego reprimido que otro tiempo fue el dueño y señor de todo pensamiento y toda ambición… quizás así, cuando no seamos nada, y aceptemos sin resignarnos ser lo que se es… entonces comprenderemos que la vida está más allá del más allá, sin tiempo, sin medida, sin nada, es lo que es y ya está, sin empeñarnos en buscar razón a lo irrazonable como no es razonable el amor, un amanecer, la vida y la muerte, la alegría al ver un bebé que viene a este perro mundo o el llanto de quien se fue del mismo perro mundo, tal vez a un mundo mejor.

¡Luchemos por la vida!, dicen algunos y la vida se nos rie en la cara diciendo “si la lucha es tuya y a mí no me afecta, para que te metes donde nadie te llamó”. Pero eso el guerrero no lo oye entre cañones y tanques de entusiasmo ciego de oportunidad en su quehacer de la vida cotidiana matando enemigos de la vida… sí, de aquella vida, sin duda la mejor la que él defendía… en lugar de vivir y sentir todo cuanto acontece en su alrededor en paz y armonía, en perfecto equilibrio de su propio microcosmos, que es su propio ser con el macrocosmos que es el universo.¡

¡juguemos al tetris! Entre las piezas de nuestro ser y las piezas del universo hasta que llegue un punto en que no haya piezas, no haya tablero, no haya piezas y entonces… seremos ¿miles de piezas… no hay piezas ya, somos… somos… ¿el qué…? Somos, tal vez cuando de verdad seamos, el somos no tendrá ni siquiera sentido…

somos… somos… somos…

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