jueves, 26 de junio de 2014

"guindillas y regadera"



         Apenas llevaba una semana trabajando en mi nuevoa empresa cuando me surgió la oportunidad de cenar con unos empresarios de una filial a  la nuestra del estado de Guanajuato en México

-         ¿Dónde los llevamos?
-         Bueno… yo creo que algún sitio con cosas en plan barbacoa, con enchiladas… esas cosillas siempre les gusta


Así pues fuimos a aquello. La comida como siempre fue cargada en carnes a la brasa, con sus chuletitas, chorizos, costillas… aderezado como no podía ser de otro modo con sus chiles picantes, sus guinguillas enjundiosas con las que rabiabas por no haber dicho que no de lo mucho que picaban… Aquello siempre da mucha sed y si mucho bebes… luego… mucho “des-bebes”, así que siendo lo propio me dirigi a los servicios, con tanta prisa y tanta historia y siendo el sitio que tampoco fuera modelo d e higiene dije “Bueno para que lavarme si total…” así qu eme dispuse a la liberación de liquido elemento de ácido olor y cálida temperatura… un suave bienestar de relajación recorría mi cuerpo y una pérdida leve de peso que siempre es algo interesante pues el cinturón en su defecto después te recuerda que comiste mucho aquella noche.

Acabado el episodio mingitorio, me fui sin pasar o rel lavabo a la cena  notando en la zona “X” cierto picor y ardor que iba, cual ópera sinfónica “in crescendo”, pero fuimos aguantando el tipo ya que siendo el último en incorporarme a la empresa ni modo era momento de presentar queja y  menos de ausentarme de semejante… reunión de muermos, la cara de “qué bien2 y adelante.

Cumplido el ritual culinario y gastronómico ya cada uno fue hacia su respectivo y el calor empezó a apoderarse d emí, sudaba cual pollo en la incubadora, un calor un ardor, por fuera y por dentro, ardía el estómago, sudaba el cuerpo   mi cabeza bullía de ideas delirantes y absurdas como “¿cuántos años tendría el cordero que nos hemos comido?¿Sería cordero? ¿Por qué el cielo es negro en una noche con farolas?” pero el picor en… ya sabes “ahí era persistente y terrible, no sabía como poner el material de modo menor pirulento, como hacer que aquello no picase, por que picaba… por qué picaba, no había caído en el detalle, pero el picor decía da igual tío yo pico y tu apagas estoque si no…

Llegué a mi casa, el sudor era fácil ropa fuera total estando solo lo mismo dá, siempre que Aurora la abuelita pelirroja de enfrente no esté que ella me demandó por ir desnudo en mi casa en una ocasión, ahí en pelota picada, julio qué calor y sobre todo que ardor fui a  la cocina cogí agua, bebí litro y medio el estómago me dijo “menos mal”, pero… “ahí” la cosas persistió… Agua, pero fría, como que no, agua del grifo, fui corriendo… no puede ser… increible… apartamentos de lujo...¡sin aguaaaaa!!! Busqué y recordé que en verano guardo un botijo, modo español de regadera  a fin de cuentas así que dije nada, este que tengo para beber esto es caso de extrema necesidad… así que me senté en mi cama que era el sitio más cómo mire hacia abajo y ahí la ví ella toda “¡roja!” un líquido rojo estaba por alrededor… ¿tal vez sangre?, ¿me hice herida?,¿me estaría desangrando…? Llamé al 112 y me dijeron

-         ¿Es sangre?
-         Oiga el médico no soy yo cómo coño sé eso
-         Chúpelo..
-         ¡Qué…!!!
-         el líquido…

Probé, no sin un asco y lo comprobé y entonces me vino a la cabeza… me había manchado la mano con chile y al parecer no me limpie la mano bien y claro el chile alojado “ahí” con el calor… y todo pues…

-         ¿oiga… sigue ahí?
-         Eh… ah, este… sí bueno, ya he … sí sí en fin es que he visto que en realidad no es sangre
-         ¿Semen… orina…?
-         Nnnnnnnnnnnnno, es… chile picante y tabaxco
-         ¿Se pone chile ahí y nos llama para contarlo…? ¡es usted un guarro!!!


Finalmente acabé lavando “aquello” con mi botijo y recordándome lavarme bien las manos cuando vaya otro día a un servicio sobre todo si comí picante y  chile tabaxco.

Rafael Castro Martín
Lince Apache

2 comentarios:

Raúl San Nicolás dijo...

Ándele manito!! Ja, ja, ja... que ida de olla más buena. Si es que hay que tener cuidado con con que te la tocas que luego pasa lo que pasa...

Myriam Jara dijo...

Jajajaja me estaba preocupando hasta que ¡zas! fue el chile jajaja Muy buen relato, amigo, y lo mejor, muy entretenida tu manera de escribir, hacés que la lectura se vuelva fluida, incluso se siente lo tuyo jajaja Felicitaciones.