¿Ayudamos?
Todos en este momento de confusión mundial y de catástrofe natural sin precedentes nos hacemos mucho más sensibles ante la propia condición del ser humano que, en definitiva no es otra que la nuestra propia.
Todos queremos ayudar y estamos empeñados en que ayudar es siempre tener que estar haciendo cosas, dá igual el que la cuestión es “hacer”. Un dicho muy aragonés dice que “hacer y deshacer todo es un quehacer” así pues, llegado este momento, sin perjuicio de que hay muchas, muchísimas cosas por hacer y ayudar en el plano más terreno y físico. También considero que es momento de reflexión sobre nosotros mismos y tal vez de darle un poco de luz a la que no dice nada. A ese ser que también está ahí, convive con nosotros todos los días y todas las noches, Está ahí, como una madre, en silencio y siempre en la retaguardia y que desde hace tiempo sencillamente solo nos va dando avisos de “así no” o de “esto no está bien” o cosas similares. Hablo claro está de la Madre tierra, nuestro querido y amado planeta, como llamó una vez el Maestro dokusho, el planeta agua ya que la inmensa mayoría de su capa esta recubierta por el líquido elemento y sobre la cual nos hemos echado encima como una pandemia de la que nadie sabe cómo vamos a salir.
En este momento tocó Haiti ¿alguien se acuerda del maremoto que asolo casi indonesia? Sigue habiendo heridos, damnificados… ¿Quién recuerda la erupción del Nevado del Ruiz en Perú… por no hablar del terremoto que casi asoló México?
Por eso, con este escrito noquiero decir que no haya que ayudar a las personas, NUNCA diré semejante cosa, pero sí que por favor en sus oraciones, cuando mediten a favor de la paz y la armonía de TODOS LOS SERES… inclúyanme a la madre tierra de la que nadie se está ocupando y que ahí está esperando que alguien la rescate…
Meditemos pues por todos los seres de amor paz y armonía para el mayor bien de todo segmento de vida del universo
Que así sea.
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