jueves, 22 de mayo de 2014

Tal dí acomo hoy don Luis partió...


 


TAL DÍA COMO HOY... En 1627 murió Luis de Góngora, uno de los más grandes escritores de nuestra lengua. Seguro que habéis oído hablar de su mal carácter y de sus versos rebuscados, cultísimos, enrevesados y a veces casi incomprensibles, pero siempre hermosísimos, porque era alguien que buscaba la belleza incansablemente. También escribió muchísimos otros de verdadero sabor popular (como aquel romance que comienza con dos versos famosísimos, "Amarrado al duro banco / de una galera turquesa..."), o sonetos tan maravillosos como este que os dejo. En él se dirige a una chica y le da un sabio consejo: "Hija mía, lo que se han de comer los gusanos, que lo disfruten los humanos“:


Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio, en medio el llano,
mira tu blanca frente el lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa, con desdén lozano,
del luciente cristal tu gentil cuello…
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
“Disfruta, disfruta todo lo que puedas, que antes o después te has de pudrir, hija mía, y entonces ya no habrá vuelta atrás“. ¿Conocéis un verso más increíble que este último? "En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada...". ¡¡¡Fantástico Góngora!!!



¿Alguien se imagina a don Luis con veinte años, todo su pelo, sin bigote? tal vez cambiándole la fisonomí aconseguiríamos otro carácter, quien sabe. Por fortuna, contemporaneo a él apareció su antítesis, el conceptualismo puro llamado Francisco, De Quevedo por más señas quien entre burlas y sátiras luchó verso a verso con rimas casi imposibles y al qu etodo slo recordamos como alguien socarrón y burlesco pero qu etuvo poemas y versos interesantes en su tratamiento. Pero hoy es el día qu erecordamos el adiós a don Luis.

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