martes, 28 de febrero de 2012

historias de don Leonardo IV

            Hay momento en la vida de todo individuo, en que las palabras le llegan a un sentido más profundo, tal vez, porque su significado le afecta más a sí mismo que a quien en su momento la pronunció.

            En una ocasión, encontré a una bella mujer, joven, hermosa, d eojos rasgados, si bien no era de etnia asiática, con melena dorada y al viento. Tenía mirada hermosa aun cuando en aquél momento no era felicidad y dicha lo que manifestaban. Cabe recordar que se suele decir en esas ejecuciones perdidas a las que llamamos refranes, que los ojos son el espejo del alma. Así pues en ese momento aquél magnífico envoltorio tenía un alma realmente congestionada y dolida. Yo la vi, ahí sentada en un banco del parque, en la más fría sombra del más frío lugar de todo aquél bello jardín y en un momento me dispuse a sentarme allí con ella

-         Discúlpeme – volvió y me miró como esperándose que nadie la molestase en ese preciso momento con su dolor y su agonía. Al ver que era yo, esto es, una persona de una edad a la que llaman avanzada, volvió a introducirse en su propio dolor como si hubiera visto un intermedio de una mala película y le gustase ver el cine de calidad pobre - ¿Le importa qu eme siente con usted?

Por un instante el silencio lo invadio todo, roto tan sólo por los ensordecedores motores de los coches en el tráfico de la urbe y los gritos de los niños jugando a gran distancia pero con un tono fácilmente audible desde aquella distancia. Como vi que no estaba muy por la labor decidí insistir

-         Discúlpeme señorita, no me gustaría importunarla con mi presencia… la veo muy ocupada – aquello le resonó, sonaba como a burla jocosa y al mismo tiempo como un tono interesado en aliviarle el sufrimiento que era, en suma lo que sí pretendía yo en ese momento. La joven volvió a elevar su cabeza e incluso su mirada, a volver a mirarme fíjamente, como dicieno “¿No ve que estoy ocupada?”
-         Puede hacer lo que quiera, a fin de cuentas, el parque es una superficie abierta donde puede entrar cualquiera y hacer lo que buenamente le plazca
-         Es que a mí sabe me gusta hablar con la gente con la que me siento a compartir el banco, el espacio e incluso el aire que respiro… ¿A usted no? Y una vez sentado la mire nuevamente intentando poner un amirada de terura que le ablandara tanto sufrimiento

Por un momento el silencio volvió a inundarlo todo, era una situación dura, dolorosa y tensa que tal vez no fui yo quien peor lo pasó… Finalmente rompió a llorar

-         ya veo que no estamos muy bien, no hace falta que pregunte mucho más vaya… ¿Puedo ser de utilidad?
-         Si no conoce mi vida ni comprende lo que me sucede, difícilmente va a poder hacer mucho
-         Sí, es cierto, pero en ocasiones hablar con un desconocido es lo mejor que hay, e incluso un desconocido no tiene ningún tipo de apego ni interés en lo que le digas así que, su visión será más objetiva e imparcial que la de cualquier amigo que sí te conoce y que tiene un enfoque ya predeterminado

Aquello le hizo pensar que tal vez este abuelo tenía algo de razón, aunque no fuera mucha pero algo era más que nada. Su mirada se quedó perdida  en el fondo d eun horizonte inexistente, ahí perdido en la nada más absoluta, buscando soluciones dentro de una mente hermética y cerrada. Por fortuna, el corazón es el poderoso sereno que tiene todas las llaves incluida la de la mente y así consiguió hacer que rompiera a llorar nuevamente y con ese fluido desengrasante de sentimientos al que llamaremos comúnmente lágrimas, y un gesto, llanto, comenzó su balbuceo cual bebé que le quitaron el chupete por primera vez

-         Sabe yo tenía un novio al que amaba
-         Claro, para eso son los novios, sino no tienen mucha utilidad
-         Sí… es cierto, pero vivía lejos, y la distancia es el olvido dice el tango – sin duda otra ejecución perdida
-         Bueno, es el olvido… o no, hay quien amó por siempre a alguien que no volvió a tenerlo en sus brazos nunca más y sin embargo ahí estaban. Mira si no las antiguas mujeres de los pescadores, cada vez que partían a la mar era una aventura y sin embargo ahí quedaban a la espera… o las mujeres, madres y esposas de militares en misiones  por el mundo. Incluso las hay que una vez muerto el marido no tienen relación con ningún varón más; Es algo muy típico en culturas musulmanas, o etnias como la Gitana. Así pues la distancia es… una dificultad no una obligación…
-         Para este sí, después de tres años, de apenas cartas, apenas conversaciones, mucho te quiero, mucho te amo, mucho no puedo vivir sin ti
-         Si no vive contigo es obvio que puede vivir sin ti
-         Claro, el otro día hablé con él que vino tres días a estar conmigo y a verme y le dije que esto no podía ser una solución definitiva que ya llevábamos tres años así y que yo quería una solución… y la solución ha sido mandarme una carta y decirme que me ama mucho, con locura, que soy la mujer de su vida pero, que como no puede compatibilizar trabajo y amor, tiene que elegir y, como no me merezco este trato mejor me deja a mí y sigue con su trabajo, así qu eme ha dejado ahí tirado como un trapo viejo con el que ha jugado y ahora a vivir la vida ¿y YO?
-         También, evidentemente
-         ¿Cómo? Si no he vivido en tres años más que pensando en él, me he enemistado con amigos, le he defendido en entornos que ni conocía yo… y ahora todo lo que he perdido no es sólo él, sino mi anterior vida, mi forma de vivirla, mis amigos, mis aficiones olvidadas en tres años…
-         Bueno, si perdiste amigos, enhorabuena, señal de que aquellos que dijeron ser amigos tuyos no eran sino amistades falsas de puro compromiso social, así que esto te ayudó a liberarte de un lastre que no tenías, un problema menos, liberaste peso emocional, te hizo un favor
-         Claro hombre… pero llegamos a una edad en que no se pueden hacer tonterías
-         ¿a no…? ¿Y a qué edad es esa…? Yo tengo posiblemente dos veces y más de tu vida, podías ser mi hija y aún así, yo soy más joven que tú, porque la edad no se  mide por los años vividos, eso es cantidad no calidad, no se mide por lo que se hace, sino por cómo se hace. Hay ancianos que parecen auténticos adolescentes, inconscientes, inmaduros, y otros adolescentes de tal vez 20 años, que decía Gardel que no era nada, mucho más maduros y responsables que estos otros señores… llamémosle mayores. No te vuelvas vieja, solo antigua
-         ¿Y dónde ve usted la diferencia?
-         En nada, por fuera es la misma cosa sí, es cierto, pero piensa en un coche viejo… y ahora en uno antiguo ¿Acaso es el mismo coche? Al antiguo lo llamaron clásico, o de época, al otro lo llamaron chatarra. Con lo cual, yo prefiero ser un clásico que un viejo despojo de vida y recuerdos
-         Pero mi vida se acabó…
-         Sí, es cierto, la que has vivido… se acabó – en ese momento me miró con cara de sorpresa y desconcierto – te queda por vivir toda la demás, y creo que es mucho más abundante la que te queda que la que has gastado
-         ¿Qué hago, lo tiro todo, olvido sus números, sus direcciones, sus fotos las quemo…
-         Y con eso qué conseguirás… el teléfono lo puede cambiar, la dirección también las fotos las puedes encontrar en mil sitios…
-         ¿Qué hago?
-         Lo más difícil… NADA
-         ¿Nada? Y que se vaya de rositas… pues sí que me da buen consejo
-         Bueno, solo es un consejo. Cuando lo maldigas y lo desprecies seguirás pensando en él, cuando lo amas sigues teniéndolo ahí, pero cuando lo ignoras, lo… “ninguneas” creo que dicen ahora, eso es mucho más doloroso, mucho más perjudicial para alguien que se creyó otro tiempo el centro de tu mundo… así que, no hacer nada, significa nada, ni bueno ni malo, ni explicaciones, de porque sí o porque no… no hay porque y no hay por qué, déjalo pasar, el tiempo es el mejor medicamento para curar las heridas del corazón. Vive, vive intensamente, ni hacer daño a nada ni nadie, en equilibrio con el universo, y lo demás, pasará como pasan las hojas posadas en la superficie de un río mientras tú lo miras en la orilla como pasa, si vas a  por ellas para que no se mojen, tú acabarás mojado y perderás una imagen hermosa de flotabilidad… No eres la salvadora del mundo universal sino solo de tú mundo.
-         Pero ha sido un duro palo para mí
-         Sí, pero si lo ves como que ha sido una enseñanza que aprender de la vida, ya la cosa parece otra ¿no?
-         Sabe, me hubiera gustado tener un viejo como usted conmigo siempre
-         Viejo no, perdona, solo antiguo, y en cuanto a eso, siempre es mucho tiempo, es mejor así
-         ¿Viene mucho por aquí?
-         Bueno… dígamos que no vivo lejos y me viene bien pasear un poco cada día, así que por aquí vengo, por allá, el parque es muy grande, quien sabe el metro cuadrado por el que te moverás mañana… vive el que te toca hoy, aquí y ahora, en este momento
-         ¿En este?
-         No, este es otro este pero siempre es este… es la magia de vivir en el presente siempre es ahora pero nunca es lo mismo así que no pierdas ni un segundo que ese que se te fue ¿lo Ves?
-         ¿Cuál?
-         Ya se te escapó otro más… no pierdas tiempo en quejarte, disfruta aprendiendo
-         No se si me compensa aprender de este modo
-         Bueno, el día que al acostarte por la noche descubras que no aprendiste nada, estarás dándote cuento que comienzas a morir


Se tornó de nuevo el silencio pero y atenía una calidez diferente. Era un silencio gozoso de paz, no de alegría ni de felicidad, pero si de serenidad; algo, sin duda resonó en su corazón, y me alegré nuevamente que tanta experiencia en la vida haya servido para que hoy aprendan otras personas.

-         Ha sido un gusto hablar con usted
-         Lo mismo digo, otro día igual nos vemos por aquí y espero que estemos mejor de ánimo
-         Yo también lo espero
-         Por cierto ¿puedo preguntar tu nombre?
-         Claro, como no, yo me llamo Esperanza
-         Esperanza… eso es lo que nunca se pierde en la vida, la Esperanza  y tu la llevas siempre contigo… Buena Suerte
-         ¿Y usted?
-         Yo también tendré buena suerte
-         No… preguntaba cómo se llama
-         Generalmente me llaman Leo, pero abuelo tampoco es un término que me disgusta
-         Mejor que viejo – y conseguí esbozar una sonrisa en su cara y en sus  ojos que se iban rasgando más al tiempo que iban esbozando una alegría interna
-         Mucho mejor, sin duda…

1 comentario:

Teresa Menchén dijo...

Me ha gustado mucho el retalo. Buenos consejos los que dá don Leonardo.